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Mostrando entradas de marzo, 2021

Encharcada la sombra

Un ciego ventanal de inversos reflejos anima al sudor, fruto del gotero, a que la poética y perfecta sintonía de una manada de lágrimas de suicido masivo sea la charca de un romántico recostado lienzo  furtivo, cuál ópera incompleta dedicada  al amor cautivo.

La saeta de la vida

El hacedor de latidos al aflojar el anular y sus fieles compañeros, deja de tensar el arco y bajo plumaje encrespado una saeta de punta oxidada ya no es manecilla ni controla el tiempo de una agostada brocha que cuál cerilla usada se desintegra dejándose llevar desapareciendo por el viento; ese viento certero que nos arrastra siempre hacia el mismo lugar con sus ojos  de deshecho.

Su mundo, sus reglas

Déficit de atención tienen sus modales que cuando piden perdón son el agujereado orinal del orín de sandeces en pañales. Aunque le da igual pues su negro cinturón aprieta sus espantos haciéndole ver que no tiene porqué el hecho de ser extraño el surrealismo de su vasto universo inventado. Impredecibles movimientos de contoneo ligón son la lonja vendida de básica estirpe de un mausoleo digno de los tacones de una fantasía de medias verdades y entera brujería. Brujería por cierto que bajo sombra y sobre el lodo a bajo coste y sobretodo de entera pasión, nace pobre, vertiente de riquezas y de libre apodo su enigmática e ilusoria bipolaridad convertida en pienso de rotas cenicientas de callo en el codo.

Tu ego acabará contigo

El ombligo del mundo alabado por autocrítica se cree implacable pero solo recoge pelusas inamovibles, peludas e inservibles, que hacen un cojín de baldías escaramuzas descosidas a cicatrices.

De los pequeños detalles, la cabeza sobrevive

Siempre digo una menos y cada día es una más. Me puede el vicio en una redondela de abrasada capilla que peinada con lazo rosa rodea un hedor a maldad. Me puede la ira y me hace ser héroe que conspira atrasado y hermitaño en un papiro achicado y lastrado por una sociedad que dice que estar triste es cosa de amargados. Y yo,  en humilde portento digo que si ser feliz es ser arrastrado por las masas de vista consumista y orejas envidiosas... Mejor me pierdo en la cobardía, poderosa ella desde mi punto de vista, por ser obesa y obediente de codiciosa pero simple necesidad esencial, su respirar que de a poco en sus pequeños detalles olvidadizos pero gratuitos nos da la imperfecta simpleza de que al no ser nada sentimos tener más. 

Soga de letras

Refugio de pobres y fusil de abogados; la palabra es el nudo clasista con que todos algo ahorcamos.

Libre para lo que me pidas, Destino

Lanzo al aire una moneda de doble cara y una sola respuesta, que a raíces ortopédicas de futuros versos remarco en posesión como si fuera del destino la única oferta.

Trinchera mental

Amenazantes me rodean ochenta y cuatro escopetas que a perdigones disparan cosquilleantes una a una balas tenores a mi cabeza traficante que todavía perdura recelosa a temores. Trocean mi calma cuando gira el tambor que a chillidos me lanza noble sus besos que escriben mi nombre y que describen dolores apuntando a cañón al edén enfrascado de clavos burlones.

Quémate los actos

Métete la sombrilla por tu rastro inculto cuando quieras esconder tras remover  lo que no es tuyo. Tus hombros de áspera valentía y tus narices de casta podrida son las varices de una merecida caída.

Espejito mágico, soy imbécil

El reflejo de tus daños que te devuelve la moneda caliente y sumisa, réplica exacta de tu copia barata; copa de marca blanca, es la remesa de tu reclamo y condena.

Deme un cigarro

El alma del señor de la guerra en el infierno vende tabaco que todos ciegos fumamos queriendo el Morir debiendo insistir teniendo que mentir tras ser asesinados.

Sin estupideces

Si un golpe de estado analfabeto pide una revisión de cultura, dale un patada al mundo. Pues no es ningún secreto que no sabe de la gentuza  que sigue dando por culo.

Presionan su tiempo

Por desgarro de alboroto en un pequeño vado gris, sus lazos, no de oro, sobreactuan presionando unos calcetines hipócritas rellenos de cansancio y dulce vocerío saturado.

No te escucho

Sintiéndolo mucho, de entre llantos me encuentro y con poco más que un cultivo de humo, mis humildes cavernas llenas del eco imaginado resuenan danzando retumbando tacones que acallan simpáticos mis putos cojones.  En letrina pomposa yacen mis ganas cuando ocioso y gilipollas me pide Ponos que le arranque las horas y me coma sus logros.

Esclavo abdicado

En difunta odisea alza el liberto  él de baja estofa a rey inexperto. En pasaje aciago no deja vendas sino un amago de rotas riendas. Mal que lo digan también es humano, extento media vida y nacido anciano. Merece una viveza, redibujar su pasado, sonreirle su proeza de esclavo abdicado.

Que no nos roben el tiempo

Se me rompen los huesos, el alma y los besos si abusan del moribundo reloj de los arrestos.

El más rico del cementerio

Destronó frívolo la sabandija al príncipe eterno de la locura quién permitió triste estrellarse a formidables pasos de lujuria. Pero su ciega carabela embistió anhelosa sin quererlo en angostura agrediendo "veintitrece" razones de una mente retorcida de ternura. No quiso repartir sus tesoros que a tanto veneno aguardaba pues temido decía que compartir era tener menos en su almohada. Con una moneda bajo la lengua ancló su día partiendo en miseria, para suplicar permiso al barquero; para viajar deshabitado en riqueza.

Si no tienes nombre, sé feliz

Si eres algo existente  que aún no tiene nombre es que todavía tienes suerte que no te hayamos encontrado. Huye y sé libre, pues al ser humano le vuelve loco y enamorado eso de poseer todo lo nombrado. 

Siempre errando

Sonoridad a traición suena por su cuello que solo cruge cuando pierde, entre algodones y a tortazos  de tontuna, la razón. Fractura alfileres que deciden mover el peón para ser reina de un tablero violado por la cumbre de la desistida  adopción. De entre pallasos bañados en lejía su arcoiris ninfómano de la herejía atraviesa espantos a la que su sonrisa pierde en favor.

Naciste para molestar

Hay malos polvos que dejan rastro toda la vida. Como tú, que eres la huella de una buena zancadilla.

Sé pero sigo

Tengo frío. Guardo mi hígado; Cierro las costillas; Encajo mis rodillas; Me ato los pies; Me levanto crugiente y plancho mi columna; Intento caminar; Consigo hacerlo. Salgo de casa y doy un portazo, pero tengo frío. He descuidado recordar ponerme la piel. Estoy olvidadizo aunque sé lo que olvido, y soy consciente de cómo lo hago. Tengo frío. Me gusta tener frío.

Adoro mi mierda

Alguien casi real me dijo una vez que a veces imagina vivir otra vida para echar de menos la que tiene. Cuando las miserias  son de uno mismo se les coge cariño; un sobrecogedor  y asqueroso cariño.

A tí, ladrón

Sigo siendo un niño  que cree  en su superhéroe, aunque sé  que bajo su vieja capa por mi debilidad cosida  se esconde  el Rey Ladrón Suicida . En mis recuerdos todavía es un pedestal  que guía unos pasos que jamás daré. Y aunque fuere que no soy, un ratero, si algo me quedo  sin permiso es la libertad de haber crecido.

Arte y resaca

Si alguna vez  se me rompe la palabra, recuérdame que le debo varias vidas. De esas que nos bebimos sin hielo, sin voz y sin minuteros pero que sabían a gloria ; pero que sabían contar historias.

Metralla perdida

Estragos de una bala que ha nacido para ser un pellizco que apuñala al descaro, como fieras usurpadoras de placer. Baila, reza y llora purgando a ladridos su mestiza pólvora, cuál ansioso escudo bárbaro conquistando fronteras exiliadas a gritos y salivazos de la depravada torre de Babel. Busca a ciegas una alcoba arrasando quejicas paredes; atrasando sus redes reclusas hasta ser sin quererlo, una piedra más que se esconde en nuestro paso infiel.

Masticando aire

Enjaulado está el deseo de una muela moribunda,  de bravo barro onírico y chaqueta cruda y sesuda. Quiere morder; masticar monedas. Quiere conocer el sabor de la riqueza. Pero no es más que lo sobrante de una etapa de hechos usados bajo palabrerío de quieto lustro que a candados se ha salvado.

No es más

El poeta  no es más que un gallinero callado, cohibido y aplastado contra un mundo de papel libertino . El poeta no es más que de la tinta esclavo, capitán e ilusionista sobre un retal de vida infinita .

Necesidad

No hay una sola letra, ni una sola, que esté escrita sin vicio en estas veintitrés palabras pesadas y manchadas de excesos necesarios. 

Allá

Allá donde aquellos que pidan teniendo, no restrieguen sus avaricias más íntimas por la cara del perdón. Allá donde la malicia se corte las venas y sea devorada por el espejismo. Allá dónde los fetos mentales crezcan, luchen y follen por sobrevivir. Allá donde la tortura sea clemencia y mentir solamente sea  poder de Dioses. Allá donde las heces sean comida de ricos y el postre un súcubo vestido de Rey. Allá donde el permiso escape, mudo como la vergüenza, por el camino del impulso. Allá donde los pies decidan y la cabeza pasee pisando con las orejas. Allá donde el tiempo espere a que la vida quiera dormir una última noche. Allá donde   la libertad y la justicia residan siendo réplica de la escaramuza, en hogar de concordia. A la guerra de bandera invisible. A la guerra de un solo multicolor. A la guerra de las mil virtudes y una sola condición. Allá . Allá es donde voy. Si no queréis venir, que os jodan.

Quejas bajo tierra

En mundo de ofendidos el miedo sella bocas que aún poderosas ellas mueren por idiotas.

Sobre las tejas

Una cama con correas sobre un tejado trastornado quiere y no debe ser tapiz bajo trono raso y estrellado. Sobre él han ingresado al Sol por inyectarse sus propios rayos y llenarse avaricioso de luz su trasero gordo y apagado. Sobre él ha muerto la Luna por ser Selena de llantos. Ahora se arrastra flotante siendo inspiración entre flatos.

Cuando muere

El declive de la tinta empieza cuando  de entre tanta locura el aburrimiento consigo mismo deja de jugar a las preguntas.

La esperanza no es virgen

De ruido tranquilón ata sus cordones la liebre de seda, y frágil libre reza con dos cajones en cruz de presa.

Botella parlante

Bella, fina y tóxica pareja su paraje a troncales de claustrofobia verdeja y de acristaladas lumbares. Sus breves retoños de porquería abundante nacen del odio sentido y un injusto calmante. A veces torcidos y a veces parlantes, suburbios sus Pensados a entrañas adulantes. Carnosa cortina la sonrisa a retales que surge del trago que vacía, que llena y que siente, invicta una caricia de su cuello  amargo y valiente.

El reflejo de la consciencia

Juegas a salivazos rivalizando al espejo esperando ganarle a una partida de frontón. Luchas a espadazos punzando con tu florete arañando el ropaje de tu propia sombra. Tu enemigo y tu émulo montura de tu ego, solo son los pañales de tu pronta ira, restregados, despreciados y desollados por tu cara semblante a lo sobrante de unos grilletes enterrados.

Reclama lo que no es tuyo

¡Qué destrozo la piedad! Ella eslabona tosca pues el título de Rey vencido a rugidos de sensatez. Unánime la clemencia peca tóxica y marginal clamando brazos al gusano  de la desgastada vocal. Pura su mira y puta su lira, ratonera de basto surco sus ceros de corta vista y sus libros de título injusto.

Nuestro barquero

En la cornisa del adiós  se halla a despedida Caronte. Si hace júbilo su pasión, ¿Quién guiará al Horizonte? ¿Quién camino moverá y removerá en Aqueronte? Aguas son, que siempre serán, camino del polizonte.

Cañón defectuoso

Dando tumbos de lado a costado por la arista doblegada de un círculo tronero, da vueltas una culebrina que difusa solo ruega perfección a la ficción y realidad al sueño, y así distinguir una roja semilla de las estrías de nuestro, que no para nosotros , inútil y laico desmentido yermo.

Fermentada la sordera

Aplauden en mí jocosos trajines y bardos callados portentos de fosos leñosos a panorama de viejos zapatos. Yo, In vino veritas , existo y tinto Mañanas a esclavos, de fácil y flaca fragua que a lujuriosa sarna agravo.

Paraíso etílico

Una jungla de llaves inservibles elevada a serpientes de cebada amonesta al vicio vacío vencido a dentelladas de burla caducada. Pierde en verbo la herradura que hace plano el misterio y en silla de nadie muere madura quemando tardío el mechero. Hace del fracaso pedazos y en el infinito ella fisgonea cruzando rectos garabatos a catalejos de mirada atea. De luto sus caricias aniñadas y de estrella dormida su ladera  son las voces de boca clavada que viva canta su alma en pena.

Pasado constante

Ante la presencia de su rostro volvió su espina dorsal, imitando una piñata para que partieran y repartieran su añosa luna, ciega como la vida e invicta como el recuerdo, a manjar de lúbrica carroña. Para que fueran por sí mismas una firme firma del pasado  constante del ronquido delirante.