Duermes en mis dunas y sueñas, dueña en mis trazos, despertando en mí sonrojo y sosiego. Eres escueta pero compleja; de rencor barbilampiño. Imberble pero fogosa. Dulce y pequeña. Rápida como la ruina. Implacable. Fugaz pero para siempre. Naces de la Nada. Vives por Todo. Y por toda tú, mi Estro y Seducción, muero de amor. Mi mástil, mi serenidad; mi calma. Mi silencio, mi piano; mi armonía. Mi cielo, mi perla; mi vicio. Mi sueño, mi camino... Tu voz. Mi locura, mi decadencia; mi caos. Mi látigo, mi obligación; mi ama. Mi ira, mi implosión; mi sacrificio. Mi corazón, mi fin... Tu Ser. Mi musa, inclino mi alma, mis suspiros y mis alas para llevarte de la mano y de la vida, por este paseo que el amor y el caos nos ha dibujado a tinta eterna. Por los rasgos de Ananké y su abrazo a Chronos en nuestra historia en caja de música, bailando a nuestro gusto a cerámica y cuerda, sobre sonrisas de claqué.