Falso mártir

Arraigado sea
el compás del haber,
escrito a rizos de insomnio
abortando guillotinas de placer.

Un tendón de pisapapeles
y un renglón de llanuras torcidas
visten al síndrome del impostor
de traje, perfume y mentiras.

Un choque de anginas
salpica desazones
despertando la Mudez,
manchando a jaques,
fría y elocuente
su propia desnudez.

El sacrificio de una antorcha
volátil y sesgada,
dócil y satírica,
cautiva sin elocuencia
los males de un polvo
en abstinencia quejica.

Y ahora pide pausa
bajo la enmienda
inmensa y mansa
el falso mártir
pintado de mierda
mientras descansa.

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