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Mostrando entradas de abril, 2021

Odio al mundo, de la A a la Zeta

Ansío borrar  cientos de errores; fracasos gratuitos  hechos ilusión. Jadeo kilómetros  lisos montañosos, negando ñoñeces  oscuras por quemar  restos salidos  tras umbrales vertiendo whisky,  xenófobos y zoquetes.

Dunas en la historia

En el libro de ficción más célebre se habla de abducción y de ruedas voladoras bajo firma del todopoderoso, y nosotros ignorantes creemos que Dios ha sido quién  desde el cielo nos ha aconsejado. Sigamos rezando a aquello que no vemos, aunque ante nuestra iletrada faz se nos esté mostrando el tablero real. pues así,  a herencia nesciente del gran ciego creyente, nos va. 

Malabarista de almas

Un presidente vestido de matasanos hace malabares con su pequeño balón bajo nombre de Pueblo, como ensayo. No llegará el día  en que se nos hinchen las pelotas y como erizos punzantes desgarremos esas manos que con nosotros juegan a ser Rey soberano de las atrocidades.  

Cagando rumores

De vez en cuando  hay letrinas que observan tus descartes desmenuzados del banquete de pesares nutrido del rocío nupcial, anclado a tientas de la chismosa caliza  que musita carcoma a flemática noción.

Ebrio y valiente

Hoy soy valiente y un pésimo perdedor. Hoy soy luchador y del miedo enterrador. Hoy soy la furia ante la traición. Hoy soy una nutria  hambrienta bañada en sudor; Sudor imperioso, que no lamentoso, perdido en paseos de principios alérgicos  e histéricos por la supuesta balanza Karmática de mierda en la que acunamos nuestras más deseosas guerras pasivas. Hoy soy el aquelarre de la vieja tradición de combatir el racismo, la pobreza y el desamor. Hoy soy un borracho soñador, pues sereno solamente soy  un silencioso llorón.

Forjado a males

Inténtalo; Redenciónate, miserable estrofa de la vida. Verás que tus actos de valentía ya no sirven ni para encerrar tus quimeras, pues llevas en los pulmones la alforja creadora de la oscura pasión tras una justa despedida de tu niño lacrimoso interior. No eres lo que fuiste, pues eres el destrozo que ha nacido del canibalismo de tus abrazos.

No hay vuelta atrás

La trayectoria de mi cuerpo no va a buen puerto pero es objeto de deseo en mi extrapolado, oscuro y alado pozo de claveles negros. Piden clemencia  al perno cabezón que no mira su trasero de raso mirón. Y el iris de su nariz a claroscuros enrojece al saber que de la ira a veces no hay salvación.

Escritura sentida

Cuando procede la fantasía a extraviar la cordura y dejarse llevar por el cuerpo de una estrofa que maldita es suscrita a la realidad, es entonces cuando el tiempo alarido y carente  de cerrojos, iza a deleite  de la sabrosa y conjurable tiranía su petrificado relinche de sórdido precipicio para ser pelaje sobre huesos desprovistos. Y su letra, pequeña y sexy hecha gravilla, es el traje de su única apuesta apolillada de tal vez placentera sinceridad. Su huraña y jurada lealtad al mortuorio santuario manchado, es arrebatada por un halo engañoso que siempre será musa, irreal pero verídica, en el santo momento de clavarse en el papel.

Costilla de todos

Que no os mientan; Adán y Eva compartieron la pequeña costilla no de ellos sino de un cerdo merecedor afán de la verdad. Fue clavado a trozos por cientos de lanzas repartidas entre tierras para conquistar y arrebatar por hambre la piel de otros. Esa costilla nunca fue nuestra; pero egoístas,  ególatras y mentirosos nosotros, siempre diremos que compartimos hasta nuestro falso comienzo.

La canción

De labios ilusorios ante la concubina del horror ella bajo yugo del silencio arropado, es provista de claros  en el abandono. De carisma estrecha es victoriosa en mostrar sus curvas parlantes cuando callada está. Y sobre paños la séptima sinfonía es escrita a obsesión y teclas desgastadas por un pudor de maltrato ocular. No quiere ser seudónimo fotografiado pues su relato a sonidos muere en métrica si presumida ella para todos se arregla. Anciana prefiere sus harapos de melodía improvisada y gritarle al camino que ella está hecha de un imperfecto sentimiento llamado liberto imaginado.

La yonki y el dragón

Y el dragón solamente quería follarse la princesa; pues ella era la única que congelaba sus llamaradas hasta tal punto que sus alas solo eran escudo de los arpones que ella se clavaba con tal de aguantar a un pueblo atontado. Duchada a adicción obligó al monstruo a comérselos, quitándole a él hasta el último trazo de su veneno más romántico drogando su corazón para más tarde, a cánticos malsonantes nacidos del sudor de la sobredosis, engañar a través de leyendas  heredadas a una sociedad consumista. Ella poseía por vicio; Él mataba por amor. Un sentimiento de valor desesperado hizo de ella dictadora del ilusionismo, que a cuento de niños, hizo cantar a un juglar que una fiera  ansiosa y hambrienta jodería a la muchedumbre. Aunque, la princesa del caos solamente quería más intoxicación. Traicionó y abusó de la esperanza y la ignorancia, pues envió a morir toda alma que ella misma torturaba. Desgastó a su amante y buscó a otro para exprimir. Cuando Jordi mató a la bestia de sus rosales e

Soy tu Dios y muero de risa

Hay signos de violencia y tortura en mi cabeza cuando me ejecuto a mí mismo al ser un claustrofóbico encerrado en su propia miseria. Mi pequeña prisión alberga cientos de humanos preocupados ellos y desprovistos de amarguras. Me gusta que el mundo  agónico vista en llamas y que se queme la maldad aunque arda la pobreza. Soy Dios y la justicia. Rezan por mí y me río de ellos y aún así piden esperanza aunque me mee en sus abortos y me cague en sus caras. Son graciosas  mis pequeñas y miserables hormigas conscientes; seguiré jugando con ellas hasta que se destrocen a sí mismas.

Cuando se perdió

Él supo hacerla querer cuando la prosa estaba callada. Él supo hacerla ver que esperar es parte del amor. Él supo darle lo que el mundo escondía. Él supo ser por siempre su salvador. Lo que él no supo es sonreír  cuando ella, amada hasta el rincón más retorcido de su eviterno, sin aviso marchó.

Nacida para servir

Un laberíntico pasillo  de infartos muestra la sonrisa perturbada siendo esclusa  su blusa desabrochada, hija de una creación solamente nacida del ovillo recluso de cuerda imantada. Sin cerradura en sus hoyos el cordel de la casta estira sus millas  de un solo color, para por servidumbre de todos alzarse cabizbaja a capricho de poderosas barbas y a vicio del egoísmo ella ser nombrada jefa del vacío y del cuerpo sin corazón. 

Torniquete al universo

Tras la colilla de interés que muestra el mundo por nosotros solamente nos queda hacer una bacanal de ceniza, esperar a que se moje, y esculpirnos cuál muñeco de arcilla hecho bajo un yelmo narcisista para lo que nos caiga encima. Sobrevive nuestra figura y bajo mandato de histeria parte firme innata de ceguera para robarle a las estrellas lo que el destinó le quitó. Le parte el alma al tiempo, al espacio hace llorar, y llenando de lágrimas la Nada, le hace un torniquete al universo para llenarle de nuestro dolor. Para que sobreviva; para que sufra en vida como ella supo hacernos ver que no somos más que de la existencia un paso más.

¡Dios de la oscuridad, aíslame!

Érebo noble destripa los trozos sobrantes de luz que agrietados abdican dejando paso de la prosa la virtud podrida y sumisa de lírico desapego. Sus alas cruzadas fortuitas por ambición corrompen la alegría, alergia del bohemio poeta, formando un Imperio de cruces adictas al placentero dolor; dolor de la manecilla que apuñala a destiempo a fiel acogida del deleite de meterse su jugoso corazón entre las piernas de su papel  famélico de amor.

Santa, que no buena

Santa torpeza la realidad, pues cuando vuelca pierde sus ojos. Santa codicia la miseria, pues al mirarse al espejo siente tenerlo todo. Santa locura el tiempo, pues al descansar sigue corriendo.

Sobre raíl surrealista

Voces intrínsecas  saturan las vías del juego y rocían las chispas  de eléctrico desapego. Un marco a cuadros de cobre  de la morgue se protege que Altos Cargos bajo sobre silenciosa y macabra desteje. Un infierno acogido  por el vacío mental  lleva el poder bravío por estandarte asexual. De una inamovible burbuja  de hormiga torturada surge la tríada oscura por avaricia graznada. Sobre tiempo en cemento  avivan reflejos brillantes  de un vagón de talento lleno de malestar aislante. Su prisa impaciente olvida a pastillas frenar y de los semáforos durmientes disimula torcido al andar. Al paso próximo del "no querer"  es ensordecedora su llegada.  Silencia su dolencia al correr intentando quemar sucias hadas. Su fracasado y corto camino que pierde a manos drogadas es la premonición sin permiso de retorcidas futuras paradas.

Se siente solo; se hace solo

Se le plastifican los sentimientos que podéis ver, pero que jamás tocaréis. Que no hace exposición; que no quiere ser tocado; que no puede aderezarse piel con piel con el resto de halos postizos e indeliberados. Pero sé sostiene en el péndulo de la corriente con espachurrados, y tal vez, ya rendidos amagos de ser un plafón de madera en un mar de cobre.

Cambios de humor

Es un perno esquizofrénico de doble filo su alicatado pensamiento de floreado azulejo bañado sobre barro. Ahora está triste porque su fachada está reluciente. Ahora está contento porque su techo se ha desbordado. Y ahora sabe, a sabiendas de su haber, que está furioso por ser feliz.

Todavía nos queda

Thomas Edison dijo que no fracasó; que descubrió 999 maneras de cómo no hacer una bombilla. Nosotros, autodefinidos personas, hemos encontrado 999 maneras de cómo no crear un ser humano; y todavía, a día de hoy, no hemos dado con la correcta. Brillaremos, pero brillaremos tarde.

Purga al romanticismo

Ya todo es imagen superficial y palabras simples travestidas. Ya todo es fachada sobre aire y elegantes posturas malheridas. ¡Ha llegado la purga al romanticismo! Se queda para follarse, que no hacer el amor, nuestras vidas parcheadas y sobadas por el filtro de una moneda plateada, que no de plata; pues nos intentan poner guapos hasta para ir a la tumba. Por eso hay maquilladores de muertos;  por eso nos maquillamos en vida.

Cerbero mediocre

Su circo de vasallos de fachada aperlada y fachosa columna le ríen las tontunas, le roen las roñas y toman de él un talle a estrecha cintura de patrañas de ánima hueca y embustera falsía, penosa pero pasmosa, que a vientos violentos arrasan asolando cobardes ellos, en perversa osadía.

Trío polar

Estancia entre hogares Hay felicidad que solo perdura  en el recuerdo y en el deseo. Igual que hay  bufones que sonríen solamente por lo que fueron y por lo que buscan. Rica ruina Baratija latente en hueca madriguera a querellas es más rica que sombra patente de mísera huella. Doy gracias Brindo por la libertad que me has dado al salvarme de quererte tanto.

Volverán a ser uno

Retorna a casa un anciano con una una barra de pan bajo un brazo solitario y come junto a ella, las cenizas de su amada, esperando a que el punto y final del último plazo le dé camino para volver a verla. Siempre la amará y siempre será su pedazo, su cacho, y su trozo de tormenta que riega su magno y su Opus. Su sonrisa inamovible sin muescas de rendición posa afortunada en el llano calabozo de los latidos perdidos cuando observa la dorada alianza que jamás de su dedo caerá.

Oídos altruistas

Vaporizado el criterio de amistosa penitencia, solo queda un helado recuerdo que mueve piedras al chato vadeo de la escurridiza paciencia. Y una península  de tímida capilar hace la frente muy larga en tan poco pensar sobre su cota de malla de brillosa empatía como capa superficial. Y una oreja malcriada de altruista succión  ahora hace de tienda  de campaña, y de su cera una lúcida capa  nos hace fulgurar cuando acuna nuestras largas y cansadas pestañas.

Sueño con cumplir

Tengo una deuda mental de varios millones  de deseos que variopintos mirones, mis sueños,  los desvisten cachazudos pero efímeros cada vez que duermo.

Capricho inestable - Parte 2

Él ama con su dinero y compra, alejado de la realidad cualquier sonrisa tumbada y desconocida que se regocije por cobrar. Y los adornos de sus andares trepantes del desánimo hacen que el paseo cuesta arriba de tener doble vida sea de palpable aunque deplorable cortesía. Tras una precoz atrición que no pausa el desatino piensa con hambre morder el clavo,  sabiendo que masticarlo solamente lo destruiría. Rozan sus mentales parajes, excelsos pasajes de hambruna, en esas curvas de inefable bizarría que lo atrae como errante cuna que se defiende cual pionera apología. En esas curvas  él lloraría. De esas curvas él huiría. Para esas curvas él viviría. Pero sabe, su gordura sabe, que por esas curvas él moriría. Aún así, manda su vida al carajo y se acuesta con la prostituta.

Capricho inestable - Parte 1

Sus pasos clausuran al suelo y su cuerpo de abadía; de inocente bisutería, es perseguido por una belleza interior que jamás lo atraparía. Pues es el espanto de la seriedad, el traslado a ningún lugar y la mala vibración su rasa gesta  de mala bandera cosida a traición. Sus gestos de chulería acotados a cimientos de dulce agonía son la historia perdonable por una saturada burguesía. Ya vencido crece abominable a cortejo de romería, su capricho inestable de solo amar pagando cuando nadie, nadie lo quería. Él,  elegante y admirable, se acerca al antro  de las mil personalidades para ser otro ser  infiel y despreciable.   

La ira en tus claros

Soy un fantasma, un mentiroso, y un trozo de esbozo que se borra cuando se levanta la verdad. Soy la traición obediente a la tranquilidad. Soy la tradición de al beber torcido, grandilocuente enfermar. Soy aquello que te enamora; que te hace cruzar el límite rebasado y te hace daño. Soy el vicio insano de soportar el peso de otras manos, y la caída al abismo otorgado cuando todo, absolutamente todo, te ha ganado. Soy tu Yo cuando  es vencido por la crueldad.