Capricho inestable - Parte 1
Sus pasos clausuran al suelo
y su cuerpo de abadía;
de inocente bisutería,
es perseguido
por una belleza interior
que jamás lo atraparía.
Pues es el espanto de la seriedad,
el traslado a ningún lugar
y la mala vibración
su rasa gesta
de mala bandera
cosida a traición.
Sus gestos de chulería
acotados a cimientos
de dulce agonía
son la historia perdonable
por una saturada burguesía.
Ya vencido
crece abominable
a cortejo de romería,
su capricho inestable
de solo amar pagando
cuando nadie,
nadie lo quería.
Él,
elegante y admirable,
se acerca al antro
de las mil personalidades
para ser otro ser
infiel y despreciable.
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