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Mostrando entradas de mayo, 2021

Fiel guerrero perdido

Cabido a empeño se incrusta el casco y firme en esfuerzo torcido se afila. De armadura errante y de grebas oxidadas viste a uniforme de vida apagada. De escudo agrietado y espada ablandada a rota huella rompe filas y levanta su arma; Y sigue luchando casi a babor su alma petrificada de escollos pero recta de espalda.

Capitana de la cripta

Y esta simbiosis partidaria de la singularidad, ejemplar de la soledad, se folla a sí misma por los pasillos retumbantes de la locura y la esperanza por volver a ser siervo de los minutos enterrados por el hedor del rasguño del picor insostenible de una herida, si no traficada por el destino, deshecha del camino. Tal y como manda la capitana sus redes arrasan con el campo y sus hilos retorcidos de paja mental vuelven y devuelven a rodeos de bipolaridad su corona cautiva a la cripta reutilizada que a frescos de historia bautiza su alcoba y su almohada que nadie desea pero en la que todos terminamos siendo parte  de su calmoso escenario repleto de carozos inútiles.

A 48 versos del pozo

Parte 1 - Desde los distantes cirros En instinto me visto de bolinche por la en mis huesos aflicción siendo alérgico a la humedad de tempestades sine qua non. Ruedo alado, tuerto de brazos, por esas nubes que distante me hacen. A vista de águila os observo, que no admiro, entre rendijas cachondas de cúmulos esponjosos; y el tiempo apresado, funcional en su trabajo, muestra medio vizco un indigno legado. Parte 2 - Adaptados a la constante Los tantos contratiempos que carentes reñimos son éstos hojas de troncal que secos dejan de parirnos. Los podemos, firmes, añicar con tan solo cerrar el puño y moler hasta abortar arenillas del perturbado minutero tozudo; y soplar en nuestras manos festejando a despedida poética, como meollos en un arroyo de gracia  seducidos por su fuerza magnética, erradicando en él nuestro ser y estar, para dejar de ser y para dejar de estar volviéndonos capaces en valentía de capar la endiablada ansiedad. Parte 3 - Somos nuestros problemas Ansia nuestra en sayón de

El cuidador

Siendo irracional veo claros lejanos desamparados de mis explosivos hallazgos pero callo como calla la Paz pues solo deseo ser amigo tomado, y un tornado de ropajes que cuida a la fusilada charca calmosa de vuestros versos más perversos.

Excálibur

Violó una roca y murió en su polvo, E x cálibur, e x tenta de más se x o. E x ánime su mango que a e x actitud penetró a lo insensible hizo congelar e x uberante su e x céntrica pasión. A e x óticas leyendas en el inflado anaquel cuentan que un día murió su coito y por el placer del ser humano fue e x iliada y condenada a abandonar su propia asfi x ia.

Amor oscuro

¿Es tan tenebroso enamorarse  de la oscuridad? Ella Seductora y pasional retuerce los pezones de la magia blanca disfrutando perversa, siendo E lla , moderadora  de la sensibilidad. Es visceral pero no fría; semental su crueldad y bebedora irracional del frágil cuello de la inocencia. Oportunas son sus ingles obsesivas; y su dentellada carisma, romántica, le roba la vida hasta a la más desvergonzada pasión, muriendo triste si no engorda por adicto veneno su drogadicto dolor.

Señor de los cuervos

Desprovisto y en camino de riada aún caliente mi cuerpo muerto se presta en convite a aves negras, y traidoras ellas las carroñeras, llenan su estómago de maleza. Soy el señor de los cuervos y les doy de comer de mi parto; y les hago una raya de infarto para que vivan y a picotazos le partan el tabique a este mundo lleno de ratas, moscas y lagartos.

Máscara de hierro

Me siento como una cabra; desprovisto de orden y a sentimiento improvisado aunque no controlado; y me dejo llevar bajo máscara de hierro y clavado en el filo de un imagen que solo doy de una mente desorientada pero que ama todo lo que le ha arropado. Ese antifaz de cráneo completo es mi cara y por mucho que diga que solo es acero siguen haciendo muecas sus mejillas de tuercas por cada copa aisalda que el camino neblinoso le hace beber a arcadas por ser amargo, cargado y templado el sorpresivo trago. Y por cada cigarro que se consume y deconstruye y obstruye y prostituye a regañadientes de un trágico  ramal de destinos, mi fuerte máscara solamente es músculo tallado a pulso sobre un calada más que da por culo al mundo.

Hoy mato por si mañana muero

Fuera de nuestro diente de león cualquier día un gigante estornuda y manda a tomar por saco esas vidas que en él nos sostenemos casi en forma de milagro. Pero, ¿Qué más dará? Aprovechemos el momento; robemos y matemos, pues de todas formas quizá no llegue el mal tiempo. O quizá sí. ¡Jodamos por si acaso!

¡A las armas!

Lanzas delgaduchas hambrientas; cimitarras navegantes naufragadas; espadones descerebrados sirvientes; floretes refinados quejicas; hachas conquistadoras arruinadas; machetes aventureros perdidos; arcos románticos fracasados; arpones familiares solitarios; dagas arpías traperas; jabalinas directas hurañas; hozes sádicas arrepentidas; guadañas verdugas misericordiosas; ballestas bocazas huérfanas; mazas robustas deshechas; alabardas disciplinadas acuclilladas; manguales sepultureros cariñosos; cañones glotones anoréxicos; catapultas kamikazes detallistas; balistas indiscretas silenciosas; arietes atrevidos vergonzosos. Toda esa bipolaridad es la que habéis clavado a cuál esponja, vuestras armas a mi corazón. Ahora exploto y pues  que de la metralla de vuestros problemas os alimentéis.

Te tiras, me tiro

Del depósito incómodo yacido a tientas del profanado cerrojo se cose los ojos a migrañas inmigrantes de las entrañas malsanas. Y nace la malcriada pesadumbre de griterío pandémico que sellada se encuentra en el nicho del piojoso vasallaje del tonto en el acantilado de la obsesión. Y si él se lanza, loco yo me lanzo detrás.

De gusto torcido

Como mártir del mundano estoy disfrutando de una crisis de humano. Quizá jamás  me haya conocido tanto como ahora. Y siento que soy placer, puro placer , en una mente cambiante que todo agradece siempre y cuando sea bajo un incontrolable mentón pronunciado de patentes condenables.

Un cuadro tu corazón

Del estallido y la rabieta de una simple fatiga pierde el estilo un pincel que ahora a cerdas húmedas solo pinta necios estigmas salpicando saltos  epilépticos a lienzos manchados de futuras huellas  que ni siquiera sus meados salpicarán.

Asesino de olfatos

Una ópera en tus axilas canta ronca a bocanadas haciendo violenta clausura a un aliento huidizo que a pocas ganas prefiere una tumba. Se hace impía la ocasión de la camarilla de plañideras que derraman de tí sollozos de sudor capaces de despachar un pestilente batallón errabundo y de poca cartera. Solo pido  de tí que des portazo a esa parte que hace  que olerte sea un coñazo.

De visita al limbo

Caricias de la locura y perdones de Dios me dan cortinas de Penurias y un bolsón de hipocresía en un trozo de balcón. Balcón de vistas claras que sucumbe frívolo de amor a los portentos de un pozo al que llaman cama del fin, limbo existencial y trono del valiente Señor.

Tormentosa vida

Llueven. Llueven historias  de las que duelen; de las que te hacen crecer. Llueven calamidades eufóricas y sabias que a sorpresa del alma nos endurecen a frialdad. Llueven dagas endulzadas pero afiladas sobre espaldas esculpidas a callosas ventiscas. Llueven Diciembres de nostalgia que mojan caricias de cartón; y llueven castigos a precuelas de malas decisiones aún por tomar. Y llueven desayunos  de silencios triturados  por el choque de dientes que incisivos aprisionan. Dientes que amordazan  victoriosas batallas  que te hacen ser monje perfecto, amigo eterno, y compañero sexual de la más sucia  y amada soledad.

Gracias Madre

Que de tí nací, que de tí crecí, que de tí soy; y soy  lo que tú me enseñaste. Que de tí aprendí, que de tí viví, que de tí estoy; y estoy  por tú  levantarme. Que de tí tengo, que de tí me sostengo, que de tí permanezco; y permanezco en este mundo por tu fuerza implacable. Que por tí lucho, que por tí cuido, y que por tí,  pintora de la vida, viviré como persona, soñaré como artista y moriré en libertad.