Soy tu Dios y muero de risa
Hay signos de violencia
y tortura en mi cabeza
cuando me ejecuto a mí mismo
al ser un claustrofóbico
encerrado en su propia miseria.
Mi pequeña prisión
alberga cientos de humanos
preocupados ellos
y desprovistos de amarguras.
Me gusta que el mundo
agónico vista en llamas
y que se queme la maldad
aunque arda la pobreza.
Soy Dios y la justicia.
Rezan por mí y me río de ellos
y aún así piden esperanza
aunque me mee en sus abortos
y me cague en sus caras.
Son graciosas
mis pequeñas y miserables
hormigas conscientes;
seguiré jugando con ellas
hasta que se destrocen
a sí mismas.
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